Las encuentras casi en cualquier parte: en el aeropuerto, en un hotel, en el centro comercial, en el bar… Las redes WiFi públicas son aquellas que están abiertas y permiten conectarse a Internet sin necesidad de contraseña
Una persona consumidora responsable es aquella que valora el impacto y las consecuencias que tiene tomar una decisión u otra, con respecto a la mejora del bienestar ambiental, animal o social. Se informa sobre los productos que adquiere y se inclina por las empresas que dejan claras sus posturas sobre el impacto que tienen los artículos que ofrecen en el medioambiente y en el entorno social.
Te puedes sorprender de la cantidad de productos que contienen azúcar sin que lo sospeches. No solo los productos que identificamos fácilmente como dulces, como bollería, helados, zumos o batidos, están hasta arriba de este ingrediente.
Muchas de las opciones de consumo por las que optamos afectan a otras personas alrededor de todo el mundo: a las personas trabajadoras de Asia, África o Latinoamérica, a los millones de niñas y niños de países en los que tienen que trabajar y no reciben una educación básica, también afectan al medioambiente, a la biodiversidad, al consumo energético… De todo lo que pagamos por un producto, solo una pequeña parte se la llevan las personas que lo producen, y la mayor parte va a parar a las grandes empresas multinacionales y a los intermediarios.
Cuando se te estropea un producto, ¿qué haces? ¿Intentas repararlo o directamente piensas que tienes que comprar uno nuevo? La cultura de usar y tirar está muy impuesta en nuestra sociedad y la obsolescencia programada es una práctica que, en parte, está detrás de todo esto.