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¡Rompe con las etiquetas! Que la publicidad no decida por ti

Publicidad y género

¿Te has parado a reflexionar sobre los valores que nos transmite la publicidad cuando anuncia productos y servicios que quieren que compres o que contrates? El objetivo de estos mensajes es que sientas que el producto es imprescindible para ti, que lo necesitas y que con él te sentirás mucho mejor.

En muchas ocasiones la publicidad lanza mensajes llenos de estereotipos estéticos. ¿Te parece adecuado el uso del cuerpo tanto femenino como masculino como reclamo publicitario para aumentar la audiencia? ¿El bienestar general de una persona depende de una apariencia física determinada, alimentarse con determinados productos, utilizar ciertos cosméticos, prendas o complementos como plantean algunos anuncios? ¿Solo las personas jóvenes desprenden felicidad, salud o éxito? La respuesta a todas estas preguntas es clara, ¿no?

A diario puedes ver este tipo de anuncios, que en cierta manera tratan de condicionar tus decisiones. Lo que no parecen valorar es que cada persona es diferente, tiene gustos diferentes y puede ser igual de feliz, saludable, atractiva y exitosa que cualquier otra que no consuma los mismos productos. No tienes por qué seguir los modelos de consumo establecidos: existen miles de marcas de colonia, cremas, coches, relojes o bolsos. Y depilarse o no, por ejemplo, es una elección individual, no de lo que te diga un anuncio.

El discurso publicitario

¿Acaso solo las mujeres tienen la capacidad de ser cuidadoras, amas de casa y bellas acompañantes del género masculino? ¿Acaso a todos los hombres les gusta la competitividad, el poder, el riesgo o la aventura? ¿Solo son las mujeres las que van al supermercado, limpian o ponen lavadoras? ¿Ellas no conducen coches o motos, o pilotan aviones?

Es necesario cambiar el discurso publicitario, porque no se adapta a la realidad. El objetivo fundamental es vender productos, pero eso supondría asumir que vivimos en un mundo habitado por personas consumidoras homogéneas, sin criterio. Y las personas tenemos inquietudes diversas y, por tanto, distintas necesidades de consumo (a pesar de que nos intentan llevar a todas las personas por el mismo camino).

Es cierto que los mensajes publicitarios están evolucionando, pero no tan rápido como deberían. Es importante que cuestiones todos los anuncios que te llegan: cuanto más conscientes, reflexivas y críticas seamos las personas con este tema, antes lograremos una sociedad más igualitaria.

Formación sobre publicidad y género

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