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Consejos a tener en cuenta para alquilar una vivienda

Mucha gente prefiere alquilar una vivienda antes que comprarla. Los motivos para optar por el alquiler pueden ser diversos: flexibilidad para cambiar de domicilio o de zona en cualquier momento, o posibilidad de cambiar temporalmente de residencia por motivos de trabajo o estudios, entre otros. En cualquier caso, es imprescindible que la persona propietaria como la inquilina conozcan bien el proceso de alquiler, los contratos existentes, sus derechos y sus obligaciones.

Por ello, en este artículo te explicamos una serie de recomendaciones para que puedas alquilar con mayor garantía y seguridad:

  • Firma del contrato. Aunque parezca obvio, es conveniente que el contrato esté por escrito y que conste todo lo pactado de la forma más detallada posible. A continuación, lee bien el contrato antes de firmarlo y asegúrate de tener toda la información relevante. Fíjate en la duración del contrato, es decir, el tiempo de permanencia que habéis pactado entre las partes. También presta atención al precio de las mensualidades de la renta, teniendo en cuenta cuánto te va a costar el arrendamiento, cuándo y cómo (domiciliación o efectivo) tienes que abonar ese pago.
  • Mediación entre ambas partes. Tienes que ser paciente y tratar de llegar a acuerdos de manera cordial. Puedes negociar con el arrendador las condiciones del contrato, es decir, cuando abonarás el pago de la renta, la duración del contrato y quién asumirá los gastos del hogar (comunidad, tasa de basuras, seguro, etc.). Recuerda que a todos los contratos de alquiler se les aplica la Ley 29/1994 de Arrendamientos Urbanos (LAU).

En dicho reglamento se establece que, si no se especifica en el contrato, el pago se realizará mensualmente, durante los siete primeros días de cada mes. Puedes negociar con el propietario este plazo y su forma de pago, según lo que veas conveniente en tu caso.

Además, debes acordar el plazo del contrato de arrendamiento, cuando vencerá el contrato y cualquiera de sus prórrogas. Si el plazo es inferior a cinco años, se podrá prorrogar de año en año hasta llegar a 5 años.

En cuanto a las facturas de suministros — agua, electricidad, calefacción, luz, gas, internet, etc.—, el contrato debe indicar quién correrá con cada gasto.

Recuerda que, salvo que se haya pactado entre ambas partes, la renta no podrá actualizarse (subir el precio del alquiler).

  • Comprueba los aparatos. Revisa que todos los aparatos del hogar (caldera, lavadora, frigorífico, horno, vitrocerámica, etc.) funcionan correctamente. También es importante conocer el estado de los electrodomésticos. De hecho, en caso de avería, la ley exige al propietario que asuma las reparaciones, mientras que el arrendatario pagará si ese deterioro se ha producido por un mal uso o desgaste por su uso habitual.
  • No te precipites. Busca y compara, no te quedes con lo primero que encuentres. Lo más conveniente es ver y analizar qué hay en el mercado. Fíjate en los precios de los alquileres de otros inmuebles de características similares de la misma zona o barrio. Tienes que buscar el piso más conveniente para tu situación económica. Pon un precio máximo para asegurar tu capacidad de pagar la renta.
  • Analiza la casa. El domicilio debe reunir las características mínimas esperadas, adaptarse a tus necesidades y ofrecerte comodidad. Por tanto, fíjate en la distribución, las dimensiones y la orientación. La ubicación del piso es importante, y saber si tiene servicios en la zona, ¿está cerca del transporte público y del supermercado?