Academias y centros de formación: ¿cómo elegir?
Falta de información, incumplimiento de contrato, prácticas incompletas... La información previa es la clave para escoger bien y evitar estafas

Tras el verano empieza la temporada de los buenos propósitos y cada vez son más las personas que deciden aprender o mejorar un idioma, preparar una oposición, ampliar estudios o reforzar algún punto débil del currículum. Escoger una academia o un centro para mejorar tu formación no es fácil. Existen múltiples opciones: centros de enseñanza reglada y no reglada, con clases online, presenciales o mixtas, con y sin prácticas o posibilidad de acceder a una bolsa de trabajo…
También existe un elevado número de reclamaciones recibidas en Kontsumobide que hacen referencia a incumplimientos de contrato. En ocasiones, se trata de contratos realizados por vía telefónica o en los que ni siquiera aparecían las condiciones específicas del mismo, ni la titulación que se obtiene, ni las condiciones de las prácticas a realizar una vez finalizado el curso. Metodologías que no se ciñen a lo acordado, prácticas incompletas o que se deben realizar en otras comunidades sin informar de ello previamente o, en el caso de las academias para preparar oposiciones, temarios que no se ajustan a la bibliografía específica acordada.
Es importante saber en qué te tienes que fijar a la hora de elegir el centro formativo o la academia para evitar disgustos. El boca a boca o las reseñas en Internet pueden ser de gran ayuda, pero hay una serie de cuestiones que son básicas y pueden ayudarte.
Consejos para saber elegir con criterio y evitar que te estafen
La información es la clave para evitar disgustos. En primer lugar, pregunta si el título o certificado que vas a obtener cuando termines el curso será oficial o no. Todo lo que hayas visto publicitado, guárdalo, porque es vinculante: los centros tienen que cumplir con lo que dicen en la web, folletos o carteles publicitarios. Si existen bolsas de trabajo, deben especificar las condiciones de acceso e indicar si tienen convenios firmados con entidades o empresas. Fíjate también en la cualificación del profesorado.
Cuando te hayas decidido, ten en cuenta que el contrato siempre te lo tienen que dar en un soporte duradero y nunca ha de realizarse vía telefónica sin opción a leer todas las cláusulas. Léelo bien antes de firmar: debe incluir los datos sobre las partes intervinientes, el nombre del curso, la duración del mismo, el precio y su forma de pago. Hay centros que ofrecen material de enseñanza, pregunta también lo que cuesta. Infórmate bien sobre los diferentes conceptos, como la matrícula inicial o la cantidad de cada mensualidad. Presta especial atención a las condiciones impuestas por la empresa, por si existe alguna cláusula abusiva, y fíjate en las condiciones para darte de baja: aunque pagues por mensualidades, el contrato puede obligarte a cumplir y a abonar todo el curso. Para las inscripciones realizadas por Internet, dispones de 14 días para echarte atrás sin necesidad de justificar el motivo. Recuerda que deben entregarte una factura o justificante de pago por cada desembolso.
Si financias el pago del curso con un crédito, la academia no puede imponerte que lo solicites a una entidad financiera concreta o a través de la propia academia. Lee bien el contrato de crédito y las condiciones de cancelación. Sí que tienes que tener en cuenta, que si se trata de un crédito vinculado tendrás mayor protección ante eventuales problemas que si se trata de un crédito al consumo. El crédito vinculado es aquel que, normalmente te lo ofrece la propia academia, solo sirve para abonar el curso, mientras que el crédito al consumo es un crédito que puedes utilizar para pagar lo que quieras.
Si tienes cualquier problema el primer paso en reclamar en la propia academia, deberán responderte en el plazo máximo de un mes, y si no consigues llegar a un acuerdo amistoso con el centro, reclama en Kontsumobide, en cualquier OMIC o a través de alguna asociación de defensa de los derechos de las personas consumidoras.