Tengo alergias alimentarias, ¿puedo comer fuera de casa?

Si tienes algún tipo de alergia comer fuera de casa puede convertirse en una odisea. No es fácil encontrar un restaurante que no ponga en riesgo tu salud, pero que eso no sea un impedimento para disfrutar de un buen menú.
Los restaurantes tienen la obligación legal de avisar de alérgenos en su menú, y la mayoría cumplen con ella. No obstante, es mejor que antes de pedir la comida o en el momento de la reserva avises si tienes alguna alergia. Aun así, ten en cuenta estas recomendaciones:
- Echa un vistazo a la carta para tener una idea de lo que ofrecen y los posibles riesgos. Tienen obligación de informarte sobre los alérgenos contenidos en sus productos.
- Ponte en contacto con el establecimiento para explicarles tus necesidades y saber si existe riesgo de contaminación cruzada.
- Evita las horas punta. Parece una tontería, pero en los momentos con más movimiento quizá no puedan garantizarte una comida segura.
- Preguntas y más preguntas. Aclara las dudas que tengas hasta que tengas la seguridad de que lo que vas a comer está fuera de peligro. Que no te dé vergüenza ni sientas que estás dando la barrila.
- Escoge platos sencillos y que tengan detallados todos los ingredientes que lo forman. Los que tienen una preparación sencilla, y sin salsas, minimizan los riesgos de sufrir una reacción alérgica.
- Evita los alimentos fritos. Puede que se cocinen alimentos diferentes utilizando el mismo aceite. Si no te aseguran que usan distintos aceites, no te la juegues.
- Evita también los postres, salsas o platos combinados. Estos tienen más riesgo de sufrir contaminación cruzada.
- Los bufets libres implican más riesgo.
Formación: la clave para prevenir riesgos
El riesgo de contaminación cruzada (esto ocurre cuando unos alimentos entran en contacto con otros) es alto si no se tiene cuidado, por eso es importante no usar las mismas superficies, utensilios ni aceites para manipular y preparar comidas distintas.
El riesgo de contaminación disminuye si el lugar cuenta con personal bien formado que sabe cómo manipular y preparar alimentos, sin dejar espacio a los despistes que tanto temen las personas con algún tipo de alergia. La cadena tiene que funcionar desde el principio; desde que el restaurante recibe las materias primas hasta que se sirven los menús. Los alimentos tienen que llegar etiquetados para tener toda la información sobre ellos y así evitar, por ejemplo, que una carne picada pueda contener gluten y en el restaurante no lo sepan a la hora de hacer una hamburguesa.
La teoría está muy bien, pero hay que reconocer que no es fácil asegurarse de que todo esto se cumple. Si quieres ir a comer fuera y tienes algún tipo de alergia, es recomendable escoger restaurantes que certifiquen la seguridad en los alimentos. Recuerda la recomendación de avisar y tomar tus propias precauciones.