Gracias al crédito vinculado, pero mejor no pagar por adelantado
Hace un par de años una conocida cadena de clínicas de odontología cerró y dejo a muchas personas en la estacada.

Hace un par de años una conocida cadena de clínicas de odontología cerró y dejo a muchas personas en la estacada. Las personas consumidoras se encontraron sobre todo con dos problemas: tratamientos odontológicos sin finalizar, lo cual generaba un problema de salud evidente, y por otro lado tratamientos odontológicos sin finalizar, pero abonados en su integridad.
Como otras muchas personas Koldo y Javier acudieron a Kontsumobide tras encontrar su clínica cerrada, eran amigos y se habían animado juntos para “arreglarse la boca” con un tratamiento de larga duración. La clínica les ofreció en su momento vías de financiación para dicho tratamiento. A Koldo le pareció buena idea aceptar la oferta de financiación. A través de la clínica le ofrecían un crédito cuyo objetivo era abonar el tratamiento, quien le ofrecía el crédito era una conocida entidad bancaria.
Javier por su parte, no se quedó conforme con dichas condiciones y pidió el préstamo personal en su banco de toda la vida. Con ese dinero pudo pagar la totalidad del tratamiento.
Cuando cerró la clínica y los tratamientos de Javier y Koldo quedaron sin terminar, pero en ambos casos abonados a la clínica, Koldo no siguió pagando el crédito, sin embargo, Javier tuvo que seguir pagando el crédito, por un tratamiento que no había finalizado, con el gasto adicional de tener que terminar el tratamiento en otra.
La diferencia estaba en el crédito y en su forma. Koldo optó por un crédito vinculado, le dieron un préstamo que solo servía para pagar el tratamiento odontológico. Crédito y tratamiento estaban vinculados por ley, y en el momento en el que el tratamiento cesó, Koldo ya no tuvo obligación de seguir abonando el crédito. Javier no optó por un préstamo vinculado sino por un préstamo personal, El problema es que cuando la clínica quebró, como es lógico, el banco le dijo que lo sentía, que ellos no eran responsables y que tenía que devolverles el dinero en las condiciones acordadas.
Hoy, Javier y Koldo, siguen reclamando por un tratamiento que quedó incompleto, pero Koldo como utilizó un crédito vinculado solo reclama los 3 primeros plazos de un crédito a 3 años, Javier, sin embargo, reclama la totalidad de un crédito que sigue pagando.
Lo primero es valorar si las ventajas de pagar por adelantado son reales o no. Se puede valorar la fortalece de la institución que recibe el pago, o si la ventaja económica merece la pena. Nuestro consejo es que en la medida de lo posible no pagues por adelantado la totalidad de un servicio que se va a prolongar en el tiempo, es más seguro para ti, ir pagando según recibes el servicio o la empresa te presta el servicio. Pero, si vas a pagar un servicio por adelantado valora sus pros y sus contras. ¿Merece la pena lo que ahorras frente al riesgo? Sí aun así decides hacerlo y tienes la opción de un crédito vinculado, piensa que en ese caso la protección es mayor que si solicitas el crédito por tu cuenta, o incluso que si pagas por adelantado de tus ahorros.
Muchas veces, los créditos vinculados te los ofrecen las propias tiendas o establecimiento, pero no son ellos quienes te otorgan el crédito, ellos actúan de intermediarios ya que tienen un convenio con alguna entidad bancaria.
Es relativamente habitual encontrarse en estas situaciones por ejemplo en tratamientos odontológicos o estéticos de larga duración o de importes considerables, en ofertas de gimnasios o academias como una manera de pagar menos al mes, en cursos online etc.