Deepfakes, ¿sabes qué son y cómo detectarlos?

Cuando creías que lo habías visto todo, se popularizan los deepfakes, es decir, montajes de vídeos y audios capaces de hacer creer a las personas receptoras que se trata de un archivo real. En este artículo hablaremos sobre este término relativamente nuevo que se está extendiendo en internet.
Es importante conocer qué son los deepfakes, porque a través de los mismos se pueden conseguir infinidad de propósitos: revivir a un personaje fallecido, cambiar el discurso del presidente para favorecer el desorden público o estafar a las personas usuarias para robarles el dinero.
¿Qué objetivo persiguen los deepfakes?
Los deepfakes son vídeos, fotos o audios manipulados que se difunden por las redes sociales y que tienen el objetivo engañar a quien los recibe. Mediante esta técnica se hace creer a la persona usuaria que lo que está viendo o escuchando es real, pero en realidad se trata de algo ficticio.
Para crear estos vídeos o audios falsos se utilizan diferentes programas que permiten reemplazar las caras en imágenes y modificar la voz. Así, a través de tecnología de inteligencia artificial, modifican tanto a las personas que vemos como a lo que dicen. Para realizar estos montajes, los creadores usan decenas de fotografías, vídeos y audios. Son montajes muy bien elaborados y es muy fácil caer en la trampa.
¿Pueden ser peligrosos?
Los creadores de los deepfakes pueden tener intenciones maliciosas. De esta manera, pueden inducir al error a las personas usuarias, convirtiéndose en poderosas herramientas para desinformar y manipular, difundir noticias falsas, degradar la imagen de una persona o diseñar todo tipo de fraudes.
Te contamos seis claves que te servirán para que no te la cuelen y puedas detectar los deepfakes:
- Mira más allá de la imagen. Fíjate en los fondos, las formas distorsionadas, los bordes borrosos o las sombras que no se correspondan con el tipo de iluminación. Es decir, analiza las imágenes en busca de detalles que carecen de sentido.
- Revisa al detalle la imagen. Si la cara, los gestos, el tono de la piel o alguna postura no coincide con el resto del cuerpo, es posible que estés ante un vídeo manipulado. En este tipo de montajes, las personas protagonistas suelen tener movimientos discontinuos o posturas antinaturales. Además, las personas suelen parpadear en menos ocasiones y en períodos relativamente más largos de tiempo de lo que haría una persona en un vídeo real.
- Revisa los retrasos en la voz. Cuando el sonido del vídeo no coincide con la imagen, es decir, cuando no hay continuidad alrededor de los labios o cuando detectas la falta de sincronización, seguramente se trata de un montaje.
- ¿Cuál es la duración del vídeo? Estos vídeos suelen tener una duración corta, ya que el trabajo edición suele ser laborioso y los costes de producción, costosos.
- Contrasta la información. No te quedes solo con el vídeo o audio que has visto o escuchado en un solo lugar. Comprueba en internet si la fuente de información es conocida y fiable. Busca el contexto en el que se publicó y reflexiona sobre la intención que puede tener el contenido. También contrasta la información con una búsqueda en otros sitios de referencia.
- Utiliza el sentido común. Si después de realizar todos estos pasos sigue sin convencerte, sigue tu instinto y no te fíes, puede que sea una falsificación.